Eco era una ninfa que habitaba en el bosque junto a otras ninfas amigas y le gustaba
cazar por lo cual, era una de las favoritas de la diosa Atemisa.
Pero Eco tenía un grave defecto: Era muy conversadora. Y además en cualquier
conversación o discusión, siempre quería tener la ultima palabra.
Cierto día, la diosa Hera salió en busca de su marido Zeus, el cual le gustaba
divertirse entre las ninfas. Cuando Hera llegó al bosque de las ninfas, Eco la entretuvo
con su conversación mientras las ninfas huían del lugar.
Cuando Hera descubrió la trampa la condenó diciendo:- Por haberme engañado, a
partir de este momento perderás el uso de la lengua. Y ya que te gusta tanto tener la
última palabra solo podrás responder con la ultima palabra que escuches. Jamás
podrás volver a hablar en primer lugar.
Eco, con su maldición a cuestas se dedicó ala cacería recorriendo montes y bosques.
Un día vio a un hermoso joven llamado Narciso y se enamoró perdidamente de él.
Deseó fervientemente poder conversar con él. pero tenía la palabra vedada. Entonces
comenzó a perseguirlo esperando que Narciso le hablara en algún momento.
En cierto momento, en que Narciso estaba solo en el bosque y escuchó un crujir de ramas
a sus espaldas y gritó:- ¿Hay alguien aquí?
Eco respondió: Aquí.
Como Narciso no vio a nadie volvió a gritar: Ven
Y Eco contestó: Ven
Y como nadie se acercaba, Narciso dijo:- ¿Po r qué huyes de mí?
Unamonós
La ninfa, loca de amor de lanzó entre sus brazos diciendo: Unámonos
Narciso dio un salto hacia atrás diciendo:- Alejate de mi! Prefiero morirme a pertenecerte!
Eco respondió :- Pertencerte.
Ante el fuerte rechazó de Narciso, Eco sintió una verguenza tan grande que llorando se
recluyó en las cavernas y en los picos de las montañas. La tristeza consumió su cuerpo
hasta pulverizarlo. Solo quedó su voz para responder con la última palabra a cualquiera
que le habla.
Narciso no solo rechazó a Eco, sino que su crueldad se manifestó también entre otras
ninfas que se enamoraron de él. Una de esas ninfas, que habia intentado ganar su amor
sin lograrlo le suplicó a la diosa Hera que Narciso sintiera algún día lo que era amar sin
ser correspondido y la diosa respondió favorablemente a su súplica.
Escondida en el bosque, había una fuente de agua cristalina. Tan clara y mansa era la fuente
que parecía un espejo. Un día Narciso se acercó a beber y al ver su propia imagen reflejada
pensó que era un espíritu del agua que habitaba en ese lugar. Quedó extasiado al ver ese
rostro perfecto. Loa rubios cabellos ondulados, el azul profundo de sus ojos y se enamoró
perdidamente de esa imagen.
Deseó alejarse, pero la atracción que ejercía sobre él era tan fuerte que no lograba separarse.
Muy por el contrario deseó besarlo y abrazarlo con todas sus fuerzas. Se había enamorado
de si mismo.
Desesperado, Narciso comenzó a hablarle:-¿ Por qué huyes de mí, hermoso espíritu de las
aguas? Sí sonrío, sonríes. Si estiro mis brazos hacia tí, tú también los estiras. No comprendo.
Todas las ninfas me aman, pero no quieres acertarme,- Mientras habalaba una lagrima cayó
de sus ojos. La imagen reflejada se nubló y Narciso suplicó : - Te ruego que te quedes junto
a mí. Ya que me resulta imposible tocarte, deja que te comtemple.
Narciso continuó prendado de si mismo. Ni comía, ni bebía por no apartarse de la imagen que
lo enamoraba hasta que terminó consumiendose y murió.
Las ninfas quisieron darle sepultura, pero no encontraron el cuerpo en ninguna parte. En su
lugar apareció una flor hermosa de hajas blancas que para conservar su recuerdo lleca el
nombre de Narciso.
Autor Desconocido.
Hermosa leyenda e imagen...un abrazo
ResponderEliminarEsta historia le leí hace tantos años que la había olvidado, gracias por traerme bonitos recuerdos...
ResponderEliminarBesos
Hola Yesi, que cuento mas precioso de Eco y Narciso, me encanto leerlo.
ResponderEliminarBesos.
Y esa bella flor... de ahí tiene su origen, seguro.
ResponderEliminarUn bello cuento, una bella historia.
Abrazos desde mis Noches Blancas.
Emilio.
Buena tarde Yesi, gracias por esta leyenda. Feliz semana.
ResponderEliminarBello cuento que se parece más a una leyenda sobre el eco y el narcicismo. Maravilloso! Gracias por compartirlo. Un abrazo.
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